La familia de un activista antiHezbolá reclama justicia a un año de su homicidio en Líbano
Un año después de su asesinato a sangre fría, en el sur del Líbano, la familia de Lokman Slim, activista e intelectual crítico con el movimiento armado Hezbolá, continúa clamando justicia en un país en el cual suele imponerse la impunidad.
"Necesitamos que se haga verdadera justicia para Lokman", indicó a la AFP su esposa, Monika Borgmann, desde la residencia familiar ubicada en los suburbios del sur de Beirut, bastión del Hezbolá, movimiento armado chiita proiraní que juega un rol muy importante en la política libanesa.
Para la mujer, si el asesinato de su marido queda impune equivale a dar "luz verde a los asesinos, cualesquiera sean, para que continúen" perpetrando esta clase de delitos, añadió.
El 4 de febrero de 2021, Lokman Slim, de 58 años, fue encontrado muerto a balazos en el interior de su automóvil, tras haber desaparecido la víspera.
El asesinato de este activista e investigador, cuyo multifacético trabajo estuvo centrado sobre todo en la memoria de la guerra civil libanesa (1975-1990), conmocionó al país.
El homicidio fue condenado por varios países occidentales, y muchos embajadores acreditados ante Líbano asistieron a las exequias de Slim.
Acérrimo defensor del laicismo, procedente de la alta burguesía chiita, fue una de las raras voces disidentes en el seno de su comunidad. Poco antes de su asesinato, repitió en diversas entrevistas para la televisión que el Hezbolá había tomado como rehén al Líbano por cuenta de Irán.
Al cumplirse un año de su asesinato, la investigación continúa atascada, aún en etapa de "compilación de información", indicó a la AFP una fuente judicial.
"La justicia solicitó a las autoridades competentes que lleven a cabo una investigación previa para recabar pruebas" sobre este crimen, pero hasta el momento no hay "pistas importantes", añadió esta fuente.
La viuda, quien cuenta con doble nacionalidad, libanesa y alemana, por su parte ha solicitado que sea instaurada una comisión de investigación internacional independiente, iniciativa que cuenta con el apoyo de tres relatores especiales de la ONU.
Pero, el de Slim tampoco es el primer asesinato que queda en un limbo en la tumultuosa historia del Líbano, país con profundas divisiones políticas y comunitarias. Mucho políticos, intelectuales, dignatarios religiosos y periodistas han sido víctimas de homicidios.
O.Mucciarone--PV