Justicia alemana abre juicio contra médico sirio por crímenes de lesa humanidad
El juicio por crímenes contra la humanidad de un médico sirio, acusado de torturar a prisioneros y de matar al menos a un opositor al presidente Bashar Al Asad, comenzó este miércoles en Fráncfort, confirmando el importante papel de Alemania a la hora de juzgar violaciones de los derechos humanos cometidas en Siria.
Alaa Mousa, de 36 años, llegó a las 09H30 GMT esposado al lugar reservado para los acusados en la sala de audiencias. Vestido con un abrigo verde oscuro con capucha, intentando ocultar su rostro, permaneció con la cabeza agachada durante la presentación e intercambió algunas palabras con su abogado antes de la lectura del acta de acusación.
La fiscalía federal lo juzga por "crímenes de lesa humanidad", en nombre de la jurisdicción universal de Alemania, y puede ser condenado a cadena perpetua.
Este principio jurídico permitió la semana pasada la condena a cadena perpetua de un antiguo oficial sirio en otro juicio en Alemania, el primero de este tipo.
Detenido en junio de 2020 en Hesse (oeste de Alemania), Alaa Mousa es juzgado por 18 casos de tortura a opositores al régimen sirio y el asesinato de un detenido por inyección.
Él confirmó ante el tribunal que había trabajado en establecimientos del ejército "hasta julio de 2014", sin comentar las acusaciones. Desde 2015, este hombre, quien tiene dos hijos, vive en Alemania, donde llegó con una visa oficial.
El acusado ha ayudado a perpetrar "un ataque sistemático contra la población civil" en Siria, dijo la fiscal federal Anna Zabeck. "Torturó e infligió graves daños físicos y psicológicos a los detenidos", afirmó ante el tribunal, enumerando los abusos de los que se acusa al médico.
El acusado cometió estos supuestos abusos en dos hospitales militares de Homs, en el centro de Siria, y de Damasco. Según los opositores al régimen, sus acciones ilustran el uso de estas instalaciones sanitarias para la represión.
El médico también habría actuado en una prisión de la inteligencia militar siria entre abril de 2011 y finales de 2012 en Homs, bastión de la oposición al régimen.
El miércoles, hablando en un claro alemán, desplegó su currículum como médico formado en Siria, procedente de "un pequeño pueblo al oeste de Homs", donde vive una minoría cristiana a la que pertenece su familia.
- "Violencia sexual" -
El médico "administró una inyección con una sustancia letal (...) a un detenido al que había golpeado con una porra, a raíz de la cual murió a los pocos minutos", según la fiscalía especializada de Karlsruhe.
Mousa habría realizado esta inyección letal "para demostrar su poder y, al mismo tiempo, reprimir la revuelta de una parte de la población siria", de acuerdo con el acta de acusación.
También se sospecha que a mediados de 2011, año del estallido del levantamiento popular en Siria, el acusado roció con alcohol antes de prender fuego a los genitales de un adolescente en la sala de urgencias del hospital militar de Homs.
Estos abusos prueban "la importancia de la violencia sexual" en la represión en Siria, dijo a la AFP René Bahns, abogado de las partes civiles.
Los opositores torturados sufrían, según el caso, golpes en la cabeza, en el estómago, en los genitales o en las heridas que ya tenían.
El médico supuestamente corrigió una fractura ósea sin anestesia y roció una herida con un desinfectante que contenía alcohol, antes de prenderle fuego, según las pruebas recogidas por el tribunal.
- "Ni partidario ni opositor" -
El acusado salió de Siria a mediados de 2015 para llegar a Alemania gracias a un visado expedido por este país para los sirios que trabajan en determinadas profesiones en las que falta personal, entre ellas la medicina.
Alaa Mousa, un cirujano ortopédico, volvió a ejercer en varios hospitales hasta que fue reconocido por refugiados sirios.
En el momento de su detención, en junio de 2020, ejercía en una clínica de rehabilitación en Bad Wildungen, una ciudad balneario de Hesse. Sus compañeros desconocían su pasado en las cárceles sirias.
La fiscalía de Karlsruhe considera a Mousa un fanático partidario de Asad que llamaba "cucarachas" a los opositores y participaba "sin reservas" en su represión.
"No es un partidario ni alguien que se haya alejado del régimen porque no tiene nada que ver con el régimen. Tampoco es un combatiente de la resistencia, eso está muy claro", comentó su abogado, Ulrich Enders, tras la vista, prometiendo "refutar" los cargos durante el juicio que durará varios meses.
El conflicto en Siria ha dejado cerca de 500.000 muertos y 6,6 millones de exiliados.
A.Tucciarone--PV