Pallade Veneta - Los rusos entre pena y fatalismo antes del bloqueo de Instagram

Los rusos entre pena y fatalismo antes del bloqueo de Instagram


Los rusos entre pena y fatalismo antes del bloqueo de Instagram
Los rusos entre pena y fatalismo antes del bloqueo de Instagram

Los usuarios rusos de Instagram sentían pena y resignación el domingo antes del bloqueo de la muy popular red social, ahora que el poder ruso trata de controlar estrictamente las informaciones sobre el conflicto en Ucrania.

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"¿Como mataré mi tiempo? ¿Qué voy a hacer? Todo el mundo está en Instagram...", dice Ekatérina Makarova, empleada en logística de 28 años, que vive en San Petersburgo.

"Iré tal vez a VKontakte o Telegram, si no están bloqueados", dijo refiriéndose al equivalente ruso de Facebook y a la mensajería encriptada muy utilizada en Rusia.

Las autoridades anunciaron el viernes que restringirán el acceso a Instagram en Rusia desde medianoche (21H00 GMT del domingo), acusándo a esa red de propagar discursos de odio contra los rusos en plena ofensiva militar en Ucrania.

El gigante estadounidense Meta, que posee Instagram, así como Facebook y WhatsApp, había anunciado el jueves aplicar excepciones a sus reglas de funcionamiento sobre la incitación a la violencia al no suprimir mensajes hostiles al ejército y a los dirigentes rusos.

Los sitios con acceso "restringido" en Rusia se vuelven prácticamente inaccesibles sin el uso de una red virtual privada (VPN). Ya es el caso de Facebook y Twitter.

En vez de un bloqueo inmediato, el regulador de las telecomunicaciones Roskomnadzor acordó un plazo de dos días a Instagram para facilitar a los nusuarios trasladar sus contenidos hacia otras plataformas.

Desde el anuncio entre los usuarios más asiduos, cunde el pánico.

El video de una "influencer" rusa llorando a causa del bloqueo se ha vuelto viral y algunos internautas la acusan de indecencia cuando se tiene en cuenta lo que ocurre en Ucrania.

"Váyase a Járkov, Instagram funciona aun ahí", ironizó un internauta, que cita la segunda ciudad de Ucrania cercada por las fuerzas rusas y que se arriesga a vivir furiosos combates.

Karina Nigaï, bloguera seguida por tres millones de personas en Instagram, compara su pena con un duelo.

"Me encuentro en estado de conmoción y el de resignación está aun lejos", escribió, aunque envía a sus abonados hacia las cuentas VKontakte y Telegram.

– "¡Viviremos sin eso!" –

Como en el resto del mundo, Instagram es una plataforma muy popular en Rusia entre la juventud, que difunde compulsivamente ahí fotos y videos.

"Hay blogueros que ganan dinero" en Instagram, y el bloqueo "no es bueno para ellos", dice Anastassia Malova, estudiante de 23 años. Pero a mi "eso no me afecta mucho."

Como ella, algunos usuarios parecen resignados. "Si lo cierran, ¡entonces que lo hagan y yo me iré a Telegram !", dice Alexeï Garkucha, pintor de 41 años.

"¡Viviremos sin eso!", señala Nikolaï Ermenko, ingeniero de 45 años.

Victoria Lilova, maestra de 29 años, no va a sufrir "personalmente", pero se "siente triste por las organizaciones caritativas, pues consiguen mucho dinero a través de Instagram".

Alexandra Mitroshina, influencer que tiene más de 2,4 millones de abonados en Instagram, se preocupa "por las pequeñas y medianas empresas cuyos negocios están relacionados con Instagram".

Para la promoción de prendas, muebles, o cursos de lenguas, entre otras actividades, Instagram es un instrumento de venta crucial en línea para muchas empresas rusas.

Lo mismo le ocurre a los artistas, que dependen de su visibilidad en esta plataforma en Rusia y en el exterior para conseguir clientes.

El bloqueo también afectará también a los movimientos opositores.

Instagram es una de las redes sociales más utilizadas por el opositor preso Alexei Navalni, cuyo equipo difunde por ahí sus mensajes.

B.Cretella--PV