Pallade Veneta - De las raíces a Berlín, el éxito de la directora española Carla Simón

De las raíces a Berlín, el éxito de la directora española Carla Simón


De las raíces a Berlín, el éxito de la directora española Carla Simón
De las raíces a Berlín, el éxito de la directora española Carla Simón / Foto: Josep Lago - AFP

Carla Simón no eligió el camino fácil. Después del intenso viaje emocional de su premiado debut, la directora española se embarcó en algo aún más complejo: "Alcarràs", una reflexión sobre la tierra y las raíces, rodada en catalán, con actores no profesionales.

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Y se llevó el Oso de Oro en el último festival de Berlín.

"Me siento en un momento de liberación, porque como sentía tanta presión después de 'Verano 1993' [su primera película], para mí el premio de Berlín ha sido sentir que habíamos alcanzado lo que la gente esperaba", explica sobre "Alcarràs", que se estrena este viernes en España.

La pandemia obligó a retrasar un año el rodaje de la historia de los Solé, una familia que recoge su última cosecha de melocotones antes de que el dueño destine las tierras que trabajan a instalar placas solares. Pero la espera y las ocho semanas que el equipo pasó bajo el sol y los frutales de Alcarràs -una pequeña localidad catalana, en el noreste de España- valieron la pena.

El pasado febrero, la Berlinale le otorgó su Oso de Oro, el primero para un director español desde 1983. El galardón puso todos los focos sobre esta catalana de 35 años que se convertía así en la primera cineasta española en conquistar el premio a mejor película en un gran festival europeo.

"Para mí lo más importante es que este premio me abra la posibilidad de hacer más pelis", relativiza, sin embargo, con su voz suave.

- Realidad y ficción -

Las dos que ha hecho hasta ahora no le han ido nada mal. Su primer largometraje -inspirado en su infancia, cuando perdió a sus padres por sida- le valió la distinción a la mejor ópera prima en la Berlinale 2017, tres premios Goya, o la selección para representar a España en los Óscar.

Para la segunda, volvió a pisar terreno conocido, ahora el del pueblo cerca de Lérida donde pasaba los veranos. Tenía muy claro cómo quería que fuera esta familia de agricultores, con el acento cerrado de esta zona rural, y enseguida supo que no lo conseguiría con profesionales.

"El elenco es muy grande, y había muchos niños y adolescentes que ya iban a no ser actores", rememora. "Y luego, para mí había algo con los agricultores, que se nota si lo son en la piel, en las manos, en cómo manejan un tractor…", explica.

Junto a su equipo, probaron a miles de candidatos que reclutaron en fiestas populares e incluso manifestaciones similares a las que narra el filme. Allí encontró a cada miembro de los Solé, cuya relación moldeada en horas de ensayos resulta tan natural que parece una familia real.

"Mis tíos cultivan melocotones en Alcarràs, pero la historia es ficticia", aclara Simón sobre las diferencias con su primera película, que tampoco era totalmente fiel a sus vivencias de niña.

"Mi trabajo es convertir todo ese material en ficción de manera en la que, sí, me toca, pero no siento un pudor de no poder contarlo", relata sobre el componente biográfico de su cine.

- Más inversión -

Con su premio en la Berlinale, Simón se unió a las realizadoras que han triunfado en las últimas ediciones de Cannes, Venecia o San Sebastián. También en España, las últimas cinco ganadoras al Goya a Mejor Dirección Novel han sido mujeres, una serie que arrancó con el premio para la propia Simón en 2018.

"El reconocimiento no es una señal de que hayamos llegado a la paridad en absoluto", alerta, sin embargo, la cineasta.

"Sigue habiendo muchas menos mujeres dirigiendo historias, produciendo, y deberíamos llegar a la paridad, somos la mitad en el mundo y deberíamos contar la mitad de historias", explica mientras se acaricia su barriga de avanzado embarazo.

"Siento que todavía estamos muy lejos", afirma.

Apoyada por el éxito y los premios de su primera película, Simón se considera una afortunada por haber disfrutado de más tiempo y recursos para desarrollar "Alcarràs" de lo que suele ser común en la precaria industria cinematográfica española.

"Falta inversión en general en el cine y en la cultura", lamenta. "Veo que hay gente que ha descubierto que existe el catalán gracias a 'Estiu 1993' [el título original de 'Verano 1993'] o 'Alcarràs', y eso es muy guay. [El cine] tiene un poder muy fuerte en el que creo que a veces no confiamos suficiente", reclama.

Pese a que sus dos largometrajes han estado muy ligados a sus raíces, también le gustaría aventurarse a otras cinematografías.

"Viví cuatro años en Londres y tengo mucha curiosidad por trabajar con actores ingleses", explica.

Pero, como siempre, sin prisa: "Ya llegará el momento cuando tenga sentido para la historia que quiera contar".

B.Fortunato--PV