Pallade Veneta - Los hermanos Dardenne tienden un espejo a Europa con "Tori y Lokita" en Cannes

Los hermanos Dardenne tienden un espejo a Europa con "Tori y Lokita" en Cannes


Los hermanos Dardenne tienden un espejo a Europa con "Tori y Lokita" en Cannes
Los hermanos Dardenne tienden un espejo a Europa con "Tori y Lokita" en Cannes / Foto: Valery HACHE - AFP

Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne vuelven a tender un espejo a Europa con la historia conmovedora de dos niños migrantes ilegales, "Tori y Lokita", presentada este martes a competición por la Palma de Oro.

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Es su novena película en competición en Cannes, y los Dardenne persisten en empuñar la cámara como si se tratara de un potente foco, listo para poner al descubierto la miseria, la explotación sexual y laboral.

"Tori y Lokita" son dos niños africanos que luchan juntos en muchos, demasiados, frentes, y simultáneamente: para tener papeles en regla, para ganarse la vida, para ir a la escuela, para pagar a los traficantes que les hicieron cruzar el Mediterráneo, para mandar dinero a casa...

Solo lo podrán lograr si aúnan fuerzas. E inevitablemente, con todo tipo de trabajos, desde vender pizzas a distribuir droga.

Para Lokita, el peaje es aún más duro: prestarse a abusos sexuales.

"Nuestro cine consiste en ver cómo va el mundo. Y nos pareció que era una manera de verlo, a través de los ojos" de dos chicos, explicó Jean-Luc Dardenne en entrevista con la AFP.

Su hermano Luc dijo que, con el filme, esperaba "hacer caer algunos" prejuicios, en una Europa en la que crecen los movimientos populistas, de extrema derecha o de izquierda, y en la que el tema migratorio es uno de los que más preocupan en las encuestas ciudadanas.

"Interpretar a Lokita no fue fácil, porque es un papel bastante triste. Han sido muchas horas de ensayos a puerta cerrada", explicó a la prensa Joely Mbundu.

Los Dardenne se inspiran a menudo de las páginas de sucesos de los periódicos belgas. Cuando escogen una historia, solo queda tirar del hilo, armar el guión y buscar a los actores, a menudo no profesionales.

Desde que se alzaron con su primera Palma de Oro, en 1999, con "Rosetta", su fórmula prácticamente no ha cambiado: tomar de la mano al espectador desde el primer minuto y meterlo dentro de la narración. Seis años más tarde, volvieron a ganar el máximo galardón con "El niño".

I.Saccomanno--PV