El cine costarricense debe abordar problemas sociales, pide el director Ariel Escalante en Cannes
El cine costarricense tiene que abordar problemas sociales, declaró este jueves a la AFP Ariel Escalante, director de "Domingo y la niebla", estrenada en el Festival de Cannes.
Es el segundo largometraje de Escalante, de 37 años, y el primero del país centroamericano que compite en selección oficial, aunque no para la Palma de Oro, sino en el certamen paralelo Una Cierta Mirada.
"Domingo y la Niebla" narra la historia de un anciano viudo que vive en la comunidad de Cascajal, en el centro del país. Sus tierras, como la de tantos vecinos, son codiciadas por una empresa que construye una carretera.
Por las buenas o las malas, los vecinos aceptan vender, pero Domingo rehúsa porque su esposa difunta le habla a través de la niebla presente en su terreno, ese elemento natural tan presente en las montañas costarricenses.
"Empecé a coger las primeras ideas de esta película en el 2019, y sentí que había un hueco en mi país del cine que estábamos haciendo, que no quería generar o no habían logrado generar un diálogo político", declaró Escalante a la AFP.
La relación de Domingo, interpretado por Carlos Ureña, con el paisaje que le rodea es básicamente sobrenatural, pero Escalante rechaza el término "realismo mágico".
"Siento que el realismo mágico es una corriente y un movimiento precioso e impresionante con el que dialogamos y el cual hemos aprendido y disfrutado un montón. Pero creo que responde a otra época", explica.
- "Una bomba molotov" -
Escalante insiste más bien en el debate que quiere lanzar en un país que no habla lo suficiente de sus problemas internos, como las ocupaciones de tierras.
"No estamos poniendo sobre la mesa lo que está pasando, que me parece que es lo primero que hay que hacer. Hablar de ello no va a solucionar el problema, pero es lo mínimo", añade.
"Sentí la necesidad de hacer una película que claramente hablara de un problema que tiene Costa Rica, que es su violencia, que incluso cuesta creérselo" porque no se conoce fuera del país.
Escalante recurre a actores no profesionales de Cascajal, donde vivió durante meses para entender la problemática local.
Estudiante en la Escuela de Cine y Televisión de La Habana, Escalante recuerda el paso por esa institución como decisiva para construir su mirada política y artística.
"Vengo de un hogar muy politizado", con padres dedicados a las ciencias sociales en San José, recuerda el director.
"El sonido de las cosas", su primer largometraje, representó al país centroamericano en los Óscar en 2017.
Luego Escalante participó como montador en "Ceniza negra", ópera prima de su compatriota Sofía Quirós y primer filme costarricense presente en Cannes, en 2019.
Tres años después, llegó el momento de plantear algo diferente. "Yo veo esta película como una bomba molotov", aseguró, en alusión a "Domingo y la niebla".
Si la cinta es incendiaria, la deflagración es lenta, porque la tensión sube poco a poco. Hay elementos del western, del cine social documental, del cine fantástico.
"El pensamiento posmoderno es una licuadora y la verdad es que me siento cómodo con la licuadora", asegura.
L.Bufalini--PV