Un bobsledder sordo se encomienda al ritmo de sus compañeros para competir en Pekín-2022
Los equipos de bobsleigh comienzan la competición sobre hielo con gritos de ánimo, pero el deportista sordo checo, Jakub Nosek, se tiene que encomendar al ritmo impuesto por sus compañeros.
Nosek, de 32 años, perdió la audición en su oído derecho y el 85 por ciento del izquierdo después de sufrir meningitis cuando era niño.
Sin embargo, eso no le ha impedido competir en los últimos dos Juegos de Invierno como guardafrenos detrás del piloto checo Dominik Dvorak.
Terminaron decimoquintos en la prueba masculina de parejas del martes y esperan obtener una mejor clasificación el domingo en la competición por equipos (cuatro miembros).
Nosek ha representado a su país en salto de altura, longitud, decatlón y jabalina en tres ediciones de los Deaflympics para atletas con discapacidad auditiva.
Sin embargo, empujar un trineo por una pista de hielo requiere trabajo en equipo, que se complica aún más cuando Nosek no puede oír a sus compañeros.
"Saltar al trineo es bastante difícil", declaró Dvorak. "Hemos tenido el mismo ritmo durante ocho años, así que ahora sabemos cómo hacerlo".
Su compañero de equipo, Dominik Zalesky, dice que Nosek sigue el ejemplo de "nuestro ritmo" al comienzo de cada carga.
Nosek se inspira en su familia. Los nombres de su pareja Aneta y su hija Viktorie están escritos en sus zapatos de carrera.
El atleta asegura que la pandemia de Covid, particularmente por el uso de mascarillas, ha hecho que le sea más difícil comunicarse. "Leo los labios, pero ahora no puedo", contó.
Asimismo, Nosek espera demostrar que la discapacidad física no es una barrera para competir en los Juegos Olímpicos y desecha cualquier comentario negativo. "Escucho todo, excepto lo que no quiero escuchar", concluyó.
E.Magrini--PV