Los votantes obreros de Pensilvania pueden decidir la elección en EEUU
Para los votantes que hacen fila este martes para sufragar en Erie, un condado de Pensilvania que tiene fama de definir elecciones presidenciales en Estados Unidos, los temas más importantes de estos comicios son proteger y crear nuevos empleos.
Mason Ken Thompson, de 66 años, votó en una escuela primaria de Erie, la ciudad principal de este condado de Pensilvania que lleva el mismo nombre y cuyos 270.000 habitantes tienen un rol preponderante en la elección de Kamala Harris o Donald Trump como presidente.
"Los empleos en la industria se marcharon de Erie. Es un gran problema, y Trump no ha ayudado en nada", dijo Thompson, que vestía una gorra de béisbol camuflada, con la estampa de la bandera estadounidense.
"Creo que Kamala ayudará a los jóvenes con la vivienda", añadió mientras un DJ pasaba hits estadounidenses en esta escuela transformada en oficina de votación.
Cerca de allí, una estación de gasolina distribuía dónuts gratuitos a los votantes.
Erie es uno de los pocos condados donde arrecia la pelea por votos entre demócratas y republicanos. Eligió al expresidente Barack Obama dos veces, luego a Trump por unos pocos miles de votos, antes de inclinarse por el demócrata Joe Biden en 2020.
El camino a la victoria del expresidente Donald Trump o la vicepresidenta Kamala Harris Harris posiblemente cruza Pensilvania, y este condado mayoritariamente blanco y obrero, en el noroeste, concentra los temas clave de la elección.
De los siete estados donde Harris y Trump están codo a codo y que pueden inclinar la elección, Pensilvania es el que tiene más votos en el Colegio Electoral que elige al presidente: 19. Los sondeos muestran a ambos candidatos empatados.
"No sé cómo es que nos tornamos tan importantes aquí... Somos un factor decisivo", dijo Marchelle Beason, de 46 años, quien también votó en la escuela primaria Edison.
Mostró con orgullo un adhesivo que reza "Yo voté", y aseguró que "mucha, mucha más gente" está votando ahora que en 2020.
- "EEUU primero" -
Como sucede con otros condados "péndulo" en Pensilvania, Erie tuvo su hora de gloria como pujante polo industrial, pero está en decadencia por la subcontratación y la automatización.
Ahora depende cada vez más del sector de servicios, pero aún posee una fuerte clase obrera.
"Muchos jóvenes están partiendo y lo que realmente necesitamos es algo que los mantenga en Erie", dijo a la AFP Chris Quest, de 69 años, tras sufragar de manera anticipada el lunes.
Darlene Taylor, de 56 años, señaló por su lado que desea "cerrar la frontera" para proteger los empleos estadounidenses.
"No necesitamos cuatro años más de alta inflación y precios de la gasolina (elevados), de mentiras", afirmó Taylor, que vestía una camiseta de Trump, tras votar en la escuela primaria.
"Estados Unidos primero, y Harris no va a apoyar eso", sostuvo al repetir uno de los lemas de campaña del republicano.
En 2019, las operaciones de fabricación de trenes de General Electric cerraron sus puertas en Erie, y quedó un vacío en una ciudad donde generaciones de trabajadores integraron la plantilla del gran conglomerado estadounidense.
Wabtec, creada tras la fusión de Westinghouse, tomó el relevo para seguir fabricando trenes en la ciudad, pero con mucho menos empleados que GE.
El senador demócrata de Pensilvania Bob Casey anunció recientemente ayuda por 48 millones de dólares para que Wabtec desarrolle baterías de hidrógeno para trenes.
El momento del anuncio no fue casual. Casey está enfrascado en una agria disputa por la reelección con el republicano Dave McCormick, en una carrera que puede decidir qué partido se queda con el control del Senado estadounidense.
El empleado de Wabtec Henry Miller pidió que los políticos "empiecen a ayudar a la gente en nuestra propia ciudad".
"Me gusta Donald Trump hasta un punto, pero ni siquiera se iba cuando intentaron echarlo", agregó tras subirse a su camioneta negra 4x4, en referencia a la negativa de Trump de aceptar su derrota electoral en 2020.
Algunos votantes se quejan de que las papeletas postales no han llegado, y los funcionarios electorales dicen que estas personas deberán votar en persona debido a un problema de suministro de materiales.
David Radcliff, de 72 años, señala que el problema no ha socavado su confianza en la integridad de la elección. "Pero nunca más votaré por correo", aseguró.
L.Guglielmino--PV