Starmer lanza un "Plan para el cambio" en Reino Unido con las encuestas desfavorables
El primer ministro laborista británico, Keir Starmer, dio a conocer el jueves un "Plan para el cambio", para reformar la vivienda, la seguridad y la atención médica, buscando mejorar su popularidad en descenso tras cinco meses en el poder.
Después de llegar al poder el 4 de julio, poniendo fin a catorce años de gobiernos conservadores, y cuando un sondeo de Ipsos, el martes, mostraba que un 53 por ciento de la población británica está decepcionada con los laboristas, Starmer trató de ganar enteros con un plan que calificó de "ambicioso y creíble".
El primer ministro enumeró seis frentes para "sacar adelante a Reino Unido", repitiendo como lema "el país primero, el partido después", en un discurso pronunciado en un estudio de cine en Buckinghamshire, al noroeste de Londres, donde se rodaron filmes de James Bond.
Entre sus objetivos se encuentra la construcción de 1,5 millones de viviendas antes de 2030 y la aprobación de 150 proyectos de infraestructura, el aumento del nivel de vida en todas las regiones del país, el despliegue de 13.000 policías adicionales y la reducción del número de personas que esperan recibir tratamiento en el sistema de salud pública, con largas colas de espera.
Starmer se comprometió también a mejorar la educación de los niños y lograr un 95% de energía limpia para 2030.
"Nos enfrentamos al reto mayúsculo de alcanzar estos hitos antes de que finalice esta legislatura. Como digo, estamos empezando desde cero con listas de espera de más de 7 millones y cuando uno de cada tres niños no está listo para la escuela a la edad de cinco años. El camino del cambio es largo y difícil", señaló.
- "Reducir la inmigración" -
Otro de los frentes de Starmer, tras estos 150 primeros días en el poder, es la inmigración.
"Vamos a reducir la inmigración, tanto legal como ilegal. Eso solo se hará con un plan serio", afirmó Starmer.
"La única manera de hacer que funcione es aplastar a las bandas que están manejando ese vil comercio", dijo, añadiendo que la población británica quiere "un plan serio para garantizar que tengamos el control de nuestras fronteras".
Starmer había descrito anteriormente las cifras de inmigración más recientes como "impactantes".
Con este plan y estas medidas, el líder laborista trata de mejorar la imagen de un gobierno que se ha visto ensombrecida por controversias, como la de los regalos recibidos por varios ministros y el propio Keir Starmer de un donante rico.
Además, los británicos tardan en mejorar su vida cotidiana, con un lento crecimiento económico, una tasa de desempleo creciente y unos servicios públicos (educación, sanidad) todavía desbordados.
En cinco meses, el Gobierno ha puesto en marcha algunos proyectos con una partida 22.000 millones de libras (27.900 millones de dólares) para 2026 para el sistema sanitario público en crisis.
También ha lanzado planes para impulsar la energía eólica y solar o ha iniciado reformas como la nacionalización del transporte ferroviario.
En cuanto a la inmigración, ha aumentado los medios para luchar contra los traficantes en un intento de detener los cruces del Canal de la Mancha.
- Medidas impopulares -
Pero se ha echado en su contra a los agricultores al eliminar la exención de un impuesto de sucesiones de la que se beneficiaban.
Otra medida controvertida fue la supresión de un subsidio de combustible energético de invierno para 10 millones de pensionistas.
También se le acusó de desalentar la inversión extranjera al repetir que la anterior administración conservadora dejó unas finanzas públicas en un estado "peor" de lo que imaginaba, con un "agujero" de 22.000 millones de libras.
Tras su discurso, la líder conservadora, Kemi Badenoch, denunció en X que Starmer no dijo "nada concreto sobre inmigración", añadiendo en la red social que el discurso "confirma que el Partido Laborista ha estado en la oposición durante 14 años, pero todavía no está listo para gobernar".
M.Jacobucci--PV