La difícil lucha de Sierra Leona por mantener a menores embarazadas en la escuela
Hawa, 18 años, disfrutaba de competir con su prima por las mejores notas en la escuela, hasta que hace ocho meses quedó embarazada.
"Estudiábamos mucho juntas, yo era una de las mejores de la clase", aseguró a Hawa a la AFP.
En Sierra Leona las menores encintas han podido volver a clases desde que en 2020 se levantó una medida que las dejaba fuera del aula.
Pero, al igual que con otras políticas progresistas adoptadas por el presidente Julius Maada Bio, hacerlo resulta más difícil que decirlo.
Las otras alumnas se burlaron sin piedad de Hawa y su madre dejó de enviarle dinero.
Terminó abandonando la escuela con seis meses de embarazo, viendo a su prima avanzar sola en sus estudios.
Bio, quien aspira a la reelección en las elecciones del sábado, hizo de la educación y los derechos de las mujeres el pilar de su gobierno.
Admitió en una entrevista con AFP que inicialmente resistió permitir que adolescentes embarazadas fueran a la escuela.
"Yo estaba totalmente en contra de eso hace unos años, pero me di cuenta de que estaba equivocado", contó.
"Están en sus años de formación, y si las castigamos por el resto de su vida seremos injustos con ellas, seremos injustos con la sociedad".
- Ciclos de pobreza -
El embarazo adolescente es un fenómeno extendido en Sierra Leona, aunque la falta de datos impide saber cuántas permanecen en la escuela.
En 2021, un año después de levantada la prohibición, el censo escolar nacional identificó a 950 alumnas embarazadas en el país.
Un estudio gubernamental de 2019 determinó que 21% de las mujeres y niñas de 15 a 19 años estaban embarazadas o habían dado a luz, lo cual sugiere que miles de menores habrían abandonado el estudio.
Nadia Rasheed, representante local del Fondo de Población de la ONU (UNFPA), comentó que mantener a las niñas en la escuela es "crítico para romper los ciclos de pobreza y desigualdad en Sierra Leona".
Kadi, de 18 años, esperaba que la educación fuera la llave de un futuro mejor.
Fue criada por su abuela y una hermana mayor en una barriada pobre de Freetown, y ambas estudiaban duro.
Pero la abuela murió en un accidente vial, y dos años después su hermana se enfermó y murió.
Su novio, un pescador, comenzó a ayudar con los gastos de sus estudios, planearon que ella estudiaría medicina y se casarían.
Pero a los 17 años quedó embarazada y no resistió el bullying en la escuela. Falló en algunas pruebas y no volvió al siguiente año académico.
Quiere retomar sus pruebas el próximo año, pero teme haberse atrasado demasiado.
"Las comunidades no van a cambiar solas, las escuelas no van a cambiar solas. No creo que alguien esperara que fuera un éxito inmediato", comentó la investigadora Regina Mamidy Yillah.
"Aún así, revertir la prohibición (...) es realmente un paso gigantesco a la igualdad".
- Expectativa o realidad -
Varias políticas progresistas de Bio enfrentan desafíos similares.
Son elogiadas por organizaciones occidentales y entidades de la ONU que operan en Sierra Leona desde su guerra civil de 1991-2002, pero en la práctica chocan con valores tradicionales o no llenan las expectativas.
El gobierno de Bio entrega toallas sanitarias gratuitas a las estudiantes e invierte más de 20% del presupuesto en la educación.
Pero muchos se quejan de que pese a la política de educación "gratuita", los alumnos deben pagar por algunos libros, transporte, uniformes, zapatos, calcetines y material escolar.
Familias consultadas por AFP dijeron que muchos profesores cobran informalmente a los alumnos por jabón, papel higiénico y material de limpieza, y exigen dinero bajo amenaza de golpizas.
Los planes de despenalizar el aborto, celebrado internacionalmente al ser anunciados en julio, no han avanzado.
Bio firmó en enero una nueva ley de igualdad de género para aumentar la cantidad de mujeres trabajando en los sectores público y privado.
Pero cuando muchos esperaban una cuota de 30% para mujeres legisladoras, la ley solo requiere que un tercio de los candidatos al Parlamento sean mujeres.
Dice además que el presidente podría considerar "la posibilidad" de nombrar 30% de mujeres en su gabinete.
El Instituto de Reforma de la Gobernanza, un grupo de encuestas, prevé que entre 26% y 30% de los legisladores electos en el nuevo parlamento serán mujeres.
Bio dijo a AFP que está comprometido con asegurar que un mínimo de 30% de su gabinete sea femenino.
"Algo para pensar es cómo lo haremos", agregó.
G.Riotto--PV