Kilian Jornet y una madurez hacia "los límites más profundos"
"Los proyectos en la montaña me permiten ir a buscar límites más profundos". Tras haber ganado las carreras de montaña más prestigiosas del mundo, la superestrella del trail Kilian Jornet quiere dedicarse ahora a aventuras 'XXXL', todavía más alejadas del deporte tradicional.
El domingo, el español de 36 años ganó por 11ª vez -en 12 participaciones desde 2007- la famosa prueba Zegama-Aizkorri, un trail de 42 kilómetros y 2.700 metros de desnivel positivo en el País Vasco (España).
"Es un placer ver que, 17 años después, tengo mejores sensaciones que cuando comencé", dice Jornet a la AFP, el lunes de paso por París.
La primera vez que ganó esta prueba en los senderos vascos, Jornet no había cumplido los 20 años y estaba lejos de la leyenda con varios títulos mundiales de esquí de montaña, victorias en los ultra-trails más prestigiosos del mundo y récords de ascensión rápida a cimas míticas.
A los 36 años, pese a las primeras canas, el atleta mantiene la misma silueta esbelta que en sus inicios aunque admite que su motivación ha cambiado.
"Al principio de mi carrera buscaba los resultados, las cronos, las victorias... Pero con los años mi motivación ha cambiado hacia la búsqueda de sensaciones, una exploración de los límites fuera de las competiciones en otros proyectos en montaña".
- 'Nuevo proyecto personal' -
Lastrado hace un año por una lesión en la pelvis que le obligó a renunciar al Ultra-Trail de Mont-Blanc (UTMB), carrera mítica de 170 kilómetros alrededor del Mont Blanc que ya ha ganado cuatro veces, Jornet inició en octubre un proyecto muy diferente: ocho días en los Pirineos para alcanzar 177 cimas de más de 3.000 metros de altitud, no lejos de las montañas en las que creció.
"Fue la experiencia más dura de mi vida, con 20 horas de montaña cada día, en recorridos complicados. Me dolía todo, estaba cansado y tenía alucinaciones", explica.
"En competición aprendemos a conocernos, sabemos como entrenar mientras que en este tipo de proyectos en montaña buscamos cosas que todavía no conocemos. Aportan más emoción", añade.
En este curso Jornet solo contempla dos trails cortos en su programa, la Zegama que ganó el domingo y la Sierre-Zinal, en Suiza, en agosto.
"Es una bonita excusa para entrenarse bien", sonríe.
Pero su gran objetivo va más allá. "Un nuevo proyecto personal" a partir de septiembre del que no quiere desvelar los detalles.
"Los proyectos en montaña me permiten buscar límites que son más profundos que en competición. El esfuerzo se parecerá a un ultra-trail. Voy a explorar el ultra en XXXL", continúa.
- ¿Mont Blanc? 'Me gustaría volver' -
A principios de año, Jornet indicó que se tomaría una pausa en el UTMB, que lleva a miles de corredores a Chamonix (Alpes franceses) a finales del verano europeo, y que atrae a decenas de miles de espectadores.
Críticos con la dirección de la prueba después de que UTMB lanzara en 2022 un circuito de competiciones asociada con Ironman, Jornet y el estadounidense Zach Miller enviaron un mail a otros atletas proponiéndoles elegir otra carrera como referencia este año.
"Había problemas de impacto ambiental, de patrocinio, de compra de carreras...", señala sin entrar en muchos detalles.
Y añade con más vehemencia: "Sigue siendo una carrera que me encanta y aunque tengamos diferencias en algunos puntos, tenemos muchos en común. Es una carrera que me gustaría hacer en el futuro".
Opuesto al desarrollo sin límites de un deporte cuya popularidad ha explotado en los últimos años, Jornet milita por reducir el impacto ambiental de su práctica.
Desde hace varios años limita sus carreras internacionales para privilegiar las pruebas en Noruega, donde reside, y en Suecia.
"Siempre hay contradicciones. Individualmente intento crear un calendario que no me haga viajar mucho, pero intento también trabajar en la manera en la que puedo influir en los actores del trail para ser más coherentes con los valores del deporte y la preservación del medio donde lo practicamos", explica.
O.Pileggi--PV