La vacunación, punto débil de China para dejar atrás la política del "covid cero"
China está dejando atrás su estricta política de "covid cero" pero las bajas tasas de vacunación entre los ancianos son un motivo de preocupación y se calcula que el virus podría matar hasta 2,1 millones de personas en el país asiático.
Un tercio de los chinos mayores de 80 años aún no están completamente vacunados y la tasa de vacunación de la población general es inferior al 10%.
Las autoridades sanitarias anunciaron el miércoles una relajación general de las restricciones y los expertos consideran que China podría enfrentarse ahora a un aumento incontrolado de las infecciones para las que su sistema sanitario no está preparado.
Entre las personas que corren más riesgo se encuentran los ancianos, que siguen mostrándose reacios.
Es el caso de Sun, una mujer de 76 años, que dijo a la AFP que "no recibirá otra dosis" tras aceptar una inyección a cambio de 100 yuanes (14 dólares o euros) y una bolsa de arroz.
"No ha habido ningún caso en la zona y rara vez viajo fuera de mi barrio, así que no hace falta", dijo esta residente de la provincia de Zhejiang (este).
La empresa británica de pruebas médicas Airfinity predijo recientemente que hasta 2,1 millones de personas podrían morir de covid en China, teniendo en cuenta los actuales niveles de inmunidad.
Durante casi tres años, la estricta política sanitaria de Pekín llevó al confinamiento de barrios e incluso ciudades enteras y la población tuvo que someterse a test casi a diario.
Pero las autoridades no quisieron imponer la obligación de vacunarse y ofrecieron recompensas, como vales o comidas gratuitas, para incitar a las personas mayores a vacunarse.
En julio, cuando Pekín quiso limitar el acceso a los lugares públicos solo para las personas vacunadas, las autoridades desistieron por la ira de la población, traumatizada por escándalos en los últimos años relacionados con vacunas chinas.
- Dudas -
La falta de directrices deja a los ciudadanos chinos mayores con dudas sobre la seguridad de las vacunas, observa Ben Cowling, profesor de epidemiología de la escuela de salud pública de la Universidad de Hong Kong.
El limitado número de casos registrados hasta ahora en China hace que "el beneficio percibido de la vacunación siga siendo bastante bajo". "Si no es probable que te infectes (...), puede que no obtengas ningún beneficio de la vacunación", apunta.
En Pekín, una residente apodada Tian dice que sus padres y suegros, todos ancianos, finalmente accedieron a recibir una dosis tras ver que sus vecinos hacían lo mismo.
"Si ves a mucha gente que conoces haciendo cola para vacunarse, probablemente no te preocupe demasiado vacunarte", dice.
Aunque China consiga aumentar su tasa de vacunación, persisten las dudas sobre la eficacia a largo plazo de las vacunas chinas.
Pekín sigue negándose a permitir vacunas de ARN como las de Pfizer-BioNTech y Moderna, que se consideran más eficaces.
"El nacionalismo desempeña un papel importante" en esta negativa, comentan Yanzhong Huang, J. Stephen Morrison y Scott Kennedy en un reciente trabajo publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Eso "significa que las fórmulas occidentales, como las vacunas de ARN y los antivirales, están fuera de juego".
Un estudio de la universidad de Hong Kong demostró que tres dosis de Sinovac proporcionan "altos niveles de protección contra los casos graves", especialmente en las personas de 60 años o más.
PeroChina necesitaría ofrecer también vacunas de ARN para inmunizar a su población a largo plazo, afirma Xi Chen, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale.
D.Bruno--PV