El Congreso mundial de telefonía móvil arranca en Barcelona con un apoyo explícito a Ucrania
De la 'tech' a la geopolítica: el congreso mundial de la telefonía móvil (MWC), cita clave para el sector de las nuevas tecnologías, arrancó el lunes en Barcelona con la condena a la guerra en Ucrania por parte de los organizadores, que eliminaron simbólicamente el pabellón ruso del evento.
El salón, que se celebra hasta el jueves en la ciudad del noreste de España, "condena con fuerza la invasión rusa de Ucrania", afirmó en la conferencia inaugural el director general de la asociación de operadores de telecomunicación (GSMA), Mats Granryd, entre sonoros aplausos.
"Nuestros pensamientos están con todos los afectados por la guerra", abundó Nick Read, director general del gigante de la telefonía Vodafone, quien recordó que el conflicto ucraniano venía a sumarse a múltiples problemas "políticos, económicos, sociales y medioambientales" que ya está enfrentando el mundo.
Debido a la situación en Ucrania, los organizadores decidieron el viernes suprimir el pabellón dedicado a las empresas rusas. "La GSMA cumple con todas las sanciones y políticas gubernamentales derivadas de esta situación", explicaron entonces.
Este espacio debía acoger a una decena de compañías del sector tecnológico procedentes de este país, que sí podían acudir pero sin disfrutar ya de recinto propio. Empresas como el especialista en ciberseguridad Kaspersky o Infinet Wireless, ambas rusas, estaban presentes este lunes en el salón.
El espacio de We/Ar Studio, la única compañía ucraniana acreditada, estaba sin embargo vacío, constató un periodista de AFP.
"Hay una guerra en Ucrania desde el jueves pasado, por lo que no estaremos presentes [en Barcelona]. Nos hemos quedado en Ucrania para luchar por nuestro país", indicó a la AFP Daria Fedko, cofundadora y directora regional de la empresa.
"Los desconcertantes acontecimientos de los albores del siglo XXI, como lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania, nos han recordado que la tecnología carece de valores" en sí misma, indicó de su lado José María Álvarez Pallete, director general del operador español Telefónica.
"La tecnología nos ha permitido cambiar cosas y hacer otras muchas nuevas, pero somos nosotros quienes debemos decidir qué y cómo hacerlo", agregó.
- Mercado bajo tensión -
En el año que espera que marque su recuperación, el MWC proyecta recibir entre 40.000 y 60.000 visitantes. Estas cifras están todavía muy alejadas de las de antes de la pandemia (100.000 visitantes en 2019), pero resultan esperanzadoras para los organizadores tras dos años de crisis sanitaria.
El congreso acabó siendo anulado a última hora en 2020 debido al goteo de cancelaciones de los grandes actores del sector, preocupados ya por la expansión de un virus que semanas después explotaría oficialmente en Europa.
El año pasado sí se celebró, pero al comienzo de verano y en un formato reducido, al que solo acudieron 20.000 participantes.
Según los organizadores, que han proyectado esta 16ª edición como la de la superación definitiva de la pandemia, en Barcelona estarán presentes este año 1.500 expositores de 170 países. Entre ellos, la gran mayoría de los gigantes del sector, menos el japonés Sony y el chino Lenovo, que solo participará telematicamente en la cita.
Bajo el lema "conectividad desencadenada", esta edición abordará temas que irán desde el auge del 5G a las oportunidades ofrecidas por el internet de los objetos (IoT), pasando por por el metaverso y el impacto de las nuevas tecnologías en el medio ambiente.
Más allá de los 'gadgets', "será interesante ver cómo se posicionan los fabricantes" en el mercado de los teléfonos inteligentes, especialmente frente a las "dificultades de Huawei", que ha perdido impulso debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, según indica Thomas Husson, analista en Forrester.
La cuestión de las sanciones impuestas a Moscú tras la invasión de Ucrania será otro de los temas seguidos muy de cerca. Washington ya ha decidido limitar las exportaciones tecnológicas hacia Rusia, lo que podría agregar aún más tensión a un sector ya en dificultades por la escasez de chips.
"Es poco probable que el mercado de los teléfonos inteligentes y de otros productos inteligentes no se vean afectados por el impacto de la crisis en Ucrania, teniendo en cuenta la importancia económica y geográfica de Rusia y Ucrania", valoró a la AFP Marina Koytcheva, del gabinete CCS.
Pese a la ralentización de los últimos años, el mercado de los teléfonos inteligentes creció un 5,7% en 2021, cuando se vendieron 1.350 millones de aparatos en todo el mundo, según el gabinete IDC. Desde el verano, sin embargo, el sector está sufriendo por estos problemas de escasez, que han lastrado sus resultados del cuarto trimestre.
B.Cretella--PV