Pallade Veneta - Proyecto de represa amenaza con cubrir tierras cultivables en Irak

Proyecto de represa amenaza con cubrir tierras cultivables en Irak


Proyecto de represa amenaza con cubrir tierras cultivables en Irak
Proyecto de represa amenaza con cubrir tierras cultivables en Irak / Foto: Sabah ARAR - AFP

Jamil al Juburi nunca ha salido de su aldea en el norte de Irak, donde su familia ha trabajado la tierra por generaciones, pero la construcción de una represa podría sumergir su casa y obligarlo a irse.

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Decenas de miles de iraquíes están amenazados por la represa Makhoul, que el gobierno espera tener lista en cinco años sobre el caudaloso río Tigris.

"Yo nací y crecí aquí", afirma Juburi, de 53 años, cuya aldea de Al Messahag se ubica sobre los pastizales contiguos al río.

"Es difícil dejarlo por otro lugar. Es todo nuestro pasado lo que dejaremos atrás", dice.

Con la represa, toda la región de Juburi estará cubierta por 3.000 millones de metros cúbicos de agua.

En un país vulnerable al cambio climático y golpeado por tres años consecutivos de sequía, las autoridades defienden el proyecto, que aumentará la disponibilidad de agua y ayudará a evitar la escasez.

Sin embargo, activistas advierten del impacto sobre más de 30 aldeas que suman 118.000 habitantes y de la amenaza que representa para la biodiversidad y sitios arqueológicos.

Juburi, quien trabaja en una refinería petrolera estatal, deja a sus hijos el trabajo en la tierra, donde siembran trigo y cítricos.

Aceptaría trasladarse, dijo, para poner "el interés nacional encima del interés personal", con la condición de que la represa "sirva a Irak" como un todo.

Juburi pide también una compensación adecuada para salvaguardar el futuro suyo y de su familia.

- "Severa amenaza" -

Irak cuenta ya con ocho represas, pero dice que la construcción de instalaciones río arriba, en especial en la vecina Turquía, ha afectado el volumen de agua en el río.

Los planes de construir la represa de Makhoul datan de 2001, a finales del régimen de Sadam Husein.

La invasión estadounidense en 2003 y la posterior y caótica ocupación dejaron el proyecto estancado durante años.

Las obras finalmente comenzaron en 2021 con perforaciones, análisis de suelo y un puente sobre el río.

Riad al Samarai, vicegobernador de la provincia de Saladino, precisó que el proyecto incluye una planta hidroeléctrica de 250 megavatios y un "canal de irrigación que servirá a las zonas agrícolas y contribuirá con la seguridad alimentaria nacional".

"El interés público requiere la construcción de esta represa para garantizar las reservas de agua para Irak", agregó.

Hay cinco aldeas situadas en el sitio del futuro reservorio, agregó, y "se formó una comisión con las provincias y ministerios relevantes para asegurar compensaciones adecuadas para los pobladores" y reubicarlos.

Pero la sociedad civil está indignada, no solo por el impacto humano.

También hay repercusiones para la flora y la fauna, advierten los grupos ambientalistas Save the Tigris y Humat Dijlah, que afirman que la ciudad antigua de Ashur, patrimonio mundial de la UNESCO, también está en riesgo.

En agosto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que "no ha habido un intento oficial de conversar" con las poblaciones locales.

Un informe de la OIM citó un estudio de la organización iraquí Liwan para la Cultura y el Desarrollo, según el cual, "agricultores y terratenientes ven la Presa Makhoul como una seria amenaza a su sustento".

- Desconfianza -

"Nadie nos ha venido a ver. Nadie nos ha preguntado nada", indicó el octogenario padre de Jamil, Ibrahim al Juburi.

"Mis ancestros, mi padre, luego yo, siempre estuvieron en esta región", asegura el agricultor.

Mehiyar Kathem, investigador de Liwan, comentó que el problema real es la "reducción de agua que llega" desde río arriba, más allá de la frontera iraquí.

"Irak no necesita una nueva presa", apuntó. En su lugar, "el Tigris debe seguir fluyendo" debido al aumento en su salinidad.

Kathem también destacó el impacto sobre hogares encabezados por mujeres.

"Hay un mayor número de mujeres en la zona que dependen de la agricultura y la tierra. No sabemos lo que pasará con los hogares encabezados por mujeres", indicó.

El estudio determinó que 39 aldeas, cada una con entre 200 y 8.000 pobladores, podrían ser sumergidas.

Según Liwan, 67 kilómetros cuadrados de "tierra fértil, fincas y huertos desaparecerán si el embalse de Makhoul alcanza plena capacidad, y más de 61.000 cabezas de ganado deberán ser "vendidas o reubicadas".

"La represa podría perturbar la vida cotidiana de unas 118.412 personas", señala el estudio de Liwan, al destacar la "falta de confianza en las autoridades" de parte de las comunidades.

Los pobladores "afirmaron muchas veces que cualquier expresión de descontento con la represa Makhoul cae en oídos sordos y que sus voces son ignoradas", agregó.

C.Grillo--PV