La monarquía británica modificará la corona de San Eduardo para Carlos III
La corona de San Eduardo, la pieza central de las Joyas de la Corona británica, fue retirada de la Torre de Londres para ser modificada, en vista de la coronación del rey Carlos III el 6 de mayo, anunció el sábado el Palacio de Buckingham.
La corona de oro macizo, con incrustaciones de rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas, será sometida a "trabajos de modificación" para la coronación de Carlos III en la Abadía de Westminster el 6 de mayo del próximo año, dijo el palacio.
Es la pieza central de las Joyas de la Corona británica, una colección expuesta en la Torre de Londres y que atrae a más de un millón de visitantes al año.
Tiene un casquete de terciopelo púrpura con una banda de armiño y mide poco más de 30 centímetros.
Fue usada por última vez por la Reina Isabel II, en su coronación en 1953.
Carlos III, de 74 años, será coronado junto a su esposa, la reina consorte Camilla.
El 8 de mayo fue declarado fiesta nacional.
La corona fue hecha para el rey Carlos II en 1661 para sustituir una corona medieval que, según se cree, se remonta a Eduardo el Confesor.
La original fue fundida por los diputados británicos en 1649 tras la ejecución de Carlos I.
Durante cientos de años, la corona sólo se llevaba en las ceremonias de coronación porque era demasiado pesada.
Se modificó para hacerla más ligera para la coronación del rey Jorge V en 1911, pero sigue pesando 2,23 kilos.
Carlos III sólo lo llevará en el momento de ser coronado.
Cuando abandone la Abadía de Westminster, llevará la Corona Imperial de Estado, más moderna, que también se utiliza para ocasiones como la ceremonia de apertura del parlamento.
Engastada con más de 2.000 diamantes, la Corona Imperial de Estado fue creada en 1937 para la coronación del Rey Jorge VI, padre de Isabel II.
La coronación de un nuevo monarca no tiene lugar inmediatamente después de la muerte del precedente, para permitir un periodo de luto y la organización de una ceremonia compleja.
Esta es independiente de la proclamación, que en el caso de Carlos III tuvo lugar el 10 de septiembre, dos días después del fallecimiento de su madre.
Preocupado por la percepción de la opinión pública, se rumorea que el nuevo rey solicitó una ceremonia menos fastuosa que los festejos celebrados para Isabel II en 1953.
La reina, de 96 años, falleció en su finca de Balmoral (Escocia). Reinó durante 70 años, un récord.
A.Saggese--PV