Un pueblo ucraniano se inspira en un héroe anarquista local
Pese a los bombardeos masivos y la presencia a tiro de piedra de las tropas rusas, la moral se mantiene alta en un pueblo ucraniano que se inspira en la memoria de un héroe anarquista local.
En el sureño pueblo de Guliaipolé, repleto de tulipanes rojos y amarillos y con un encanto anticuado, el cercano estruendo de las bombas recuerda la proximidad de los combates.
La mayoría de sus 16.000 habitantes huyó, pero fueron reemplazados por aquellos que escaparon de los avances rusos en la región oriental del Donbás, una parte de la cual está controlada por los separatistas prorrusos desde 2014.
Las calles están desiertas y ver un coche es algo raro.
Muchas casas pintorescas con jardines cuidados ya no tienen techo o han sufrido daños estructurales por los bombardeos.
Tatiana Samolenka, de 63 años, acababa de llevar las gallinas al corral cuando escuchó un sonido silbante.
"Yo sabía que venía hacia nosotros. Pensé que mi casa sería mi sepultura", dijo a AFP. Su esposo, quien había cruzado la calle, observó cuando la bomba arremetió en un campo aledaño a su cerca.
Un cráter de varios metros de ancho y profundo mostró lo cerca que estuvieron.
"Una bomba idéntica cayó un poco más lejos ese día pero no estalló. Nos costó moverla, pesaba 300 kilos", comentó el alcalde local, Serguey Yarmak.
- La leyenda Majnó -
Semanas atrás dijo que el pueblo fue atacado por una bomba de fósforo.
"Fue a plena luz del día, pero parecía fuegos artificiales", contó Yarmak. Una zona amplia y ennegrecida quedó visible aunque la grama recién brotada hace difícil imaginar la magnitud del incendio.
Más recientemente, soldados rusos entraron al poblado antes de ser repelidos por las fuerzas ucranianas.
"Guliaipolé ha resistido y siempre lo hará", insistió Yarmak, quien asegura que el poblado se inspira en su hijo más famoso, Néstor Majnó, un carismático anarquista que encabezó a la guerrilla campesina en una guerra contra las tropas alemanas y austriacas que ocuparon Ucrania tras la revolución de octubre de 1917.
Sus seguidores también combatieron al "Ejército Blanco" antibolchevique del sur de Rusia.
Una "leyenda" conocida por su apoyo a la independencia ucraniana y por sus trajes y su "papahke", un sombrero cosaco de piel de oveja, Makhno estableció comunas autónomas con Guliaipolé como centro de sus experimentos sociales, por lo que se le conoció como la "capital anarquista".
Pero el Ejército Rojo, del que fuera aliado, se volvió contra Majnó y sus fuerzas Majnovshshina, y debió exiliarse. Murió en París en 1934.
Los rusos "siembre nos han traicionado", sostuvo Yarmak.
Un siglo después, el alcalde insiste en que los intentos rusos de invadir Ucrania van a fracasar "porque somos independientes y libres".
- "Somos duros de pelar" -
Guliaipolé exhibe una estatua y un museo en honor a Makhno, y celebra un festival en su honor que cada año atrae a turistas al pueblo.
Incluso en la guerra, su leyenda aún inspira a los pobladores.
Grupos de defensa local comenzaron a llamarse "el arco de Makhno", según el alcalde.
"Hace unos días, nuestros muchachos derribaron dos helicópteros", aseguró, aunque AFP no pudo verificar la versión.
La terquedad parece ser común entre los civiles que quedan en el sitio.
Desde inicios de marzo, Svitlana Sokol, una profesora de 54 años, ha vivido en el sótano de su edificio desde que los proyectiles rusos destruyeron parte de un edificio vecino y dañaron la iglesia local.
Junto a unos 20 vecinos, ella organizó una comunidad subterránea, en su mayoría mujeres, en la que todos se ayudan mutuamente.
Al mejorar el tiempo, comenzaron a salir a disfrutar del sol, pese a las continuas explosiones y al hecho de que la línea de combate está a algunos cientos de metros de distancia.
"Sabemos exactamente si el bombardeo viene de nuestro lado o del otro", dice sonriendo, justo antes de volver al sótano tras identificar el sonido de un proyectil Grad. Pero ella no está impresionada.
"Somos testarudos y cabeza dura y vamos a resistir hasta el fin", afirmó resoluta, señalando a Majnó y el "espíritu de los cosacos".
Otra mujer bromeó: "somos duros de pelar".
C.Conti--PV