Perú exige a la española Repsol "resarcir" daños por derrame petrolero en sus costas
Perú exigió este miércoles a la petrolera española Repsol que responda por el derrame de unos 6.000 barriles de crudo en su litoral central, atribuido por la empresa al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
"El derrame de petróleo de Repsol en Ventanilla es el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos, y ha ocasionado un grave perjuicio a cientos de familias de pescadores. Repsol debe resarcir este daño de manera inmediata", afirmó la Cancillería en un mensaje publicado a través de la red social Twitter.
Según el despacho, "esta terrible situación ha puesto en peligro la flora y fauna en dos áreas naturales protegidas" que incluyen la Reserva Nacional del Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, Islotes de Pescadores y la Zona Reservada Ancón.
Las autoridades peruanas hallaron diversas especies marinas cubiertas de petróleo, muchas de ellas muertas en tanto otras fueron rescatadas con vida.
El derrame ocurrió el sábado en la Refinería La Pampilla, ubicada en Ventanilla, un distrito de la provincia El Callao, en la región de la capital peruana.
Según informó la empresa, el accidente ocurrió durante el proceso de descarga del buque tanque "Mare Dorium", de bandera italiana, presuntamente debido a la violencia del oleaje.
La Refinería La Pampilla reiteró este miércoles en un comunicado que está "ejecutando las labores de remediación del litoral costero y limpieza de playas luego de la situación generada por las altas mareas registradas debido a la erupción volcánica en Tonga".
"Se han desplegado barreras de contención que cubren todas las zonas afectadas y brigadas con equipos especializados por mar y tierra", añadió.
En la playa Cavero, en Ventanilla, decenas de trabajadores con implementos de protección personal, se valían de palas para recoger, por tercer día, el crudo en las costas, mientras miembros de la Marina de Guerra custodian las playas, constató la AFP.
Javier Vega, uno de los trabajadores, dijo que "el trabajo es fuerte, estamos laborando de 6 de la mañana a 6 de la tarde recogiendo el petróleo".
El operativo se realiza bajo el sol inclemente del verano austral, con temperaturas que superan los 25 grados centígrados y con un fuerte olor a hidrocarburos.
Los trabajadores usan esponjas largas, como salchichas, para recoger el petróleo de la playa, que muestra un tono oscuro y viscoso, impregnadas de aceite. Luego emplean bolsas y baldes de plástico para almacenar el petróleo recogido.
El martes, el ministro de Ambiente dijo que el derrame fue de aproximadamente 6.000 barriles de petróleo. La empresa había comunicado en principio que se había producido un "derrame limitado" con un volumen aproximado a 7 galones de crudo (0,16 barriles).
El crudo se extendió por al menos 18.000 metros cuadrados.
- Investigación en curso -
La fiscalía peruana abrió una investigación por el presunto delito de contaminación ambiental contra los representantes legales y funcionarios de la refinería. Las multas podrían alcanzar los 34,5 millones de dólares, advirtió.
Por su parte el regulador de energía ordenó que se suspendan las operaciones en el terminal marino donde ocurrió el derrame.
Comunidades de pescadores y pobladores de la zona se presentaron en estos días frente a la sede de la refinería, en reclamo de acciones para atajar la contaminación ambiental que les impide desarrollar su labor, y para exigir responsabilidades.
La Refinería La Pampilla tiene una capacidad de procesamiento de 117.000 barriles diarios, más de la mitad del volumen total de refinación de Perú.
Repsol participa en Perú en cuatro bloques de exploración y producción en gas natural y líquidos asociados, con una extracción de 46.000 barriles equivalentes de petróleo por día, que representan 12% de la producción del país y el 7% de la extracción de Repsol, según datos de la empresa española.
En esto se incluye el Consorcio Camisea, cuyo yacimiento de gas -el más importante de Perú- cuenta con 14,3 TCF de reservas, y donde Repsol tiene 10% de la participación.
L.Bufalini--PV