Naturaleza y clima, dos crisis gemelas que no pueden ser disociadas
Expertos y activistas del medioambiente confiaban que la conferencia del clima de la ONU terminara la semana pasada con una destacada mención a la biodiversidad en la declaración final. Pero se fueron decepcionados.
Para algunos, las delegaciones de la COP27 perdieron una oportunidad clave para reconocer la conexión entre la crisis climática y la crisis de la biodiversidad, que han sido tratadas separadamente por demasiado tiempo.
Fracasar en la solución de ambas llevará solo a diezmar todavía más los sistemas de soporte de la vida de la Tierra, pero también a incumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a +1,5 ºC, advierten.
"Estamos perdidos si no resolvemos el clima y estamos perdidos si no resolvemos la biodiversidad", asegura a la AFP Basile van Havre, copresidenta de las negociaciones de biodiversidad de la ONU.
En las reuniones de la COP15 de biodiversidad el mes que viene, decenas de países deberán encontrar un nuevo marco de protección para animales y plantas enfrentados a la destrucción de los humanos.
En paralelo a la cumbre, los científicos advierten que el cambio climático y el daño a la biodiversidad pueden causar la sexta extinción masiva del planeta. Tal destrucción natural también alimentaría el cambio climático.
Los océanos han absorbido gran parte del calor creado por las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por los humanas y, junto a los bosques, son importantes depósitos de carbono.
"La naturaleza representa hasta un tercio de la solución climática. Y es una tecnología probada", dice a la AFP Brian O'Donnell, director de Campaña por la Naturaleza.
Los océanos son "superhéroes" olvidados, que absorben carbono y temperatura a costa de acidificación y olas de calor que matan el coral, afirma.
A medida que el planeta se caliente, las especies y los ecosistemas pueden desempeñar un papel crucial en el frente de resistencia. Los manglares, por ejemplo, pueden mitigar la erosión costera causada por la subida del nivel del mar.
- "Oportunidad perdida" -
Probablemente, el momento de la COP27 con mayor atención al mundo natural se produjo con la visita del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que tomará el cargo en enero.
Lula prometió frenar la voraz desforestación en la Amazonía ocurrida bajo el dirigente saliente Jair Bolsonaro y anunció durante la cumbre sus planes de crear un Ministerio de Pueblo Originarios, los guardianes de la selva.
El objetivo clave de biodiversidad "30 para 30" ganó impulso cuando un bloque de países del oeste de África se comprometieron con esta meta de proteger un 30% del mundo natural para 2030.
Es cierto que el texto final de la COP27 guiñó el ojo a la naturaleza, con un párrafo recordando "la necesidad urgente de solucionar, de una forma sinergética y global, las crisis globales intervinculadas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad".
Pero quedó lejos de alentar los trabajos en la próxima COP15 en Montreal, Canadá.
"Es una oportunidad perdida que la COP15, teniendo lugar en solo dos semanas, no recibiera focos en la COP27", dice Li Shuo, consejero de política global en Greenpeace Asia Oriental.
Para Zoe Quiroz Cullen, directora de relaciones entre clima y naturaleza en Fauna & Flora International, es "profundamente preocupante" que el texto "falle al reconocer el vínculo clave con la convención hermana de la COP27".
"Las crisis gemelas de clima y biodiversidad están en riesgo de ser consideradas y tratadas como si fueran cuestiones estancas", advierte a la AFP.
- "Subcategoría" -
La política energética dominó la COP27 del clima, mientras que la contaminación por plástico o pesticidas suele estar más presentes en la cumbre de biodiversidad.
Pero hay un amplio abanico de cuestiones que se entrelazan entre las dos citas mundiales: producción alimentaria, derechos de la tierra de los indígenas, protección de bosques y océanos...
Naciones Unidas ha tratado tradicionalmente ambas crisis por separado, con cumbres separadas y cada una de ellas gestionada por su propia institución.
Muchos expertos consideran que las dos crisis son suficientemente serias como para merecerse este trato separado. Pero algunos lamentan que la biodiversidad se ha convertido en "simplemente una subcategoría del clima", como dice O'Donnell.
"Décadas de abordar estas cosas de forma aislada todavía continúan, desgraciadamente, hasta el día de hoy", protesta.
A largo plazo, ignorar la naturaleza conduciría a una destrucción sin tregua de ecosistemas y especies y, también, a incumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París.
"No podemos cumplir el objetivo de 1,5 ºC sin una acción firme en la naturaleza", dice O'Donnell.
"Necesitamos resolver ambas si queremos un planeta habitable para las futuras generaciones".
O.Pileggi--PV