Calor, humedad y desregulación: trabajar "en la sauna" de Hong Kong
Equipado con un traje de protección, un operario de control de plagas, sexagenario, apenas aguanta quince minutos seguidos trabajando por las calles de Hong Kong antes de que el calor veraniego se vuelva excesivo para él.
"Cuanto más tiempo trabajas, más sientes como si estuviera lloviendo dentro del (traje)... Es como estar en una sauna", dice Wah, de 63 años, que pide ser identificado únicamente con su nombre.
En una sofocante mañana de agosto, con 32,2 ºC de temperatura y un 87% de humedad, emerge de su ropa de faena empapado en sudor.
El mes anterior, Hong Kong vivió su tercer julio más caluroso jamás registrado, con un máximo de 36,1 ºC.
El gobierno recomendó a las empresas otorgar descansos más largos en los días calurosos, pero, según los activistas, miles de trabajadores de la ciudad son vulnerables a golpes de calor debido a la ausencia de una regulación estricta.
"Las temperaturas en 2022 rompieron varios récords, con lo que sentimos que se necesitaba más apoyo", dice la trabajadora social Fish Tsoi, de Cáritas Hong Kong.
Forma parte de un equipo que mide la temperatura corporal de los trabajadores que laboran bajo calor extremo, especialmente los de edad avanzada como Wah.
En julio, 20 empleados de una firma de control de plagas renunciaron al trabajo porque las condiciones eran demasiado duras y diez terminaron hospitalizados por golpes de calor, afirma Tsoi.
"La situación no apareció el año pasado, ha estado cociéndose durante años", asegura. "Nadie tomó pasos proactivos para responder a ella".
- "En primera línea" -
Conocida por su intensa humedad, Hong Kong introdujo en mayo un sistema de alertas de estrés térmico para ayudar a las empresas a organizar "periodos de descanso adecuados".
Desde entonces se han lanzado avisos de calor más de 50 veces.
Pero el activista de Greenpeace, Tom Ng, dice que el "mayor problema" es que los empleadores que desoyen las recomendaciones no deben enfrentar repercusiones legales.
"En términos de cómo afecta el cambio climático a los hongkoneses, los trabajadores al aire libre están en primera línea", afirma a la AFP.
Emily Chan, especialista de salud pública en la Universidad China de Hong Kong, celebra las guías emitidas por el gobierno, pero asegura que necesita hacerse más.
Cita el ejemplo de ciudades chinas, como la vecina Shenzhen, que obligan a parar de trabajar y a dar subvenciones cuando se supera cierto umbral de temperatura.
El ministro municipal de Trabajo, Chris Sun, dijo este mes que su departamento "incrementó las inspecciones" y que enviará advertencias a las empresas cuando sea necesario.
En mayo llegó a advertir a las empresas de que podían denunciarlas si hacían caso omiso a las recomendaciones.
Pero para Wah, que trabaja seis días a la semana por 8 dólares la hora, hay poco que pueda hacerse para evitar el agotamiento por el calor, más allá de operar su maquinaria en periodos cortos.
"Si haces esto durante más de media hora, el cuerpo humano no soporta la temperatura", afirma.
- Reconocimiento -
En los últimos cuatro años, la ciudad ha registrado una veintena de casos de golpes de calor durante horas de trabajo cada año, ninguno mortal, según las estadísticas oficiales, que los activistas cuestionan.
Fay Siu, que dirige la Asociación por los Derechos de las Víctimas de Accidentes Laborales, afirma que los incidentes no se reportan porque los trabajadores no saben cómo hacerlo o porque la empresa "no lo reconoce", afirma.
Pone como ejemplo el fallecimiento de un hombre de 39 años tras desmayarse en una obra. Una investigación descubrió que padeció rabdomiolisis, un fallo muscular "causado por altas temperaturas e insolación".
"Pero la aseguradora y la empresa (...) lo atribuyeron a sus condiciones médicas personales, con lo que no quedó catalogado como accidente laboral", dice Siu, cuyo grupo de trabajo ha detectado cuatro casos similares en el último año.
"El número de casos registrados puede ser menor al número real de casos sintomáticos", reconoció el departamento de Trabajo en un comunicado a la AFP. Pero "los empleadores generalmente no discuten sus responsabilidades y pagan compensaciones", aseguró.
En las calles, algunos consideran que el nuevo sistema de avisos de calor del gobierno tiene un impacto limitado.
Wah y sus compañeros han visto pocos cambios en sus rutinas, especialmente porque se arriesgan a que les recorten el sueldo si los descubren tomando largos descansos.
Chuen, de 70 años, en general sigue trabajando después de un descanso de cinco minutos para tomar agua. "Así funciona", dice sudando incluso en la sombra.
A.Tucciarone--PV