El gélido aire siberiano podría ayudar a Putin este invierno
Gobiernos de toda Europa tratan de evitar a toda costa el racionamiento energético y los apagones este invierno, pero lograrlo dependerá en parte de algo que no pueden controlar: el clima.
Según algunos analistas, al presidente ruso, Vladimir Putin, podría beneficiarle un invierno frío o un largo período de temperaturas gélidas, después de haber cortado las exportaciones de gas ruso a Europa en represalia por las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) contra Moscú a raíz de su ofensiva en Ucrania.
Otra temporada helada como la de 2010/2011 o una prolongada ráfaga del Ártico como la "Bestia del Este", que llegó a Europa occidental desde Siberia en 2018, podría causar dificultades que debiliten la determinación de la UE de apoyar a Ucrania.
"El arma energética tiene una bala en la recámara y la acaba de disparar", comentó Eliot A. Cohen, un especialista en seguridad del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en la Universidad Johns Hopkins.
"Los europeos enfrentarán lo peor de eso en este invierno", dijo a AFP.
Muchos gobiernos instaron a los ciudadanos a bajar los termostatos y a las empresas, a intentar ahorrar energía, en virtud de los planes de la UE de reducir el consumo de gas un 15% este invierno, en comparación con la media habitual.
En los últimos meses, los países europeos se precipitaron a llenar sus reservas estratégicas, comprando suministros adicionales a precios récord a Argelia, Catar, Noruega o Estados Unidos.
Las reservas de la UE están casi al 90% de su capacidad, lo que da un margen de seguridad a los consumidores y empresas que dependen del gas para calentar sus casas, oficinas y fábricas.
"Europa está bien posicionada para enfrentar el invierno en condiciones climáticas normales", indicó a la AFP Alireza Nahvi, investigador asociado de la consultora energética Wood Mackenzie.
- Verano cálido -
Con tanto en juego, los pronósticos climáticos se han vuelto especialmente importantes, por lo que las autoridades están pendientes de los informes del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio.
Su Servicio Copérnico sobre Cambio Climático elabora pronósticos trimestrales que evalúan la probabilidad de diferentes patrones climáticos en el continente, gracias a una supercomputadora que aglutina datos de los servicios meteorológicos nacionales.
"Las últimas semanas han sido muy ajetreadas para nosotros", comentó a la AFP Carlo Buontempo, director del Servicio Copérnico, antes de la publicación -el jueves- de su próximo pronóstico, para el período noviembre-enero.
"Este año, claramente, hay un interés geopolítico en el asunto", agregó.
Aunque es temprano para hacer pronósticos certeros sobre el invierno, los indicios preliminares son de que será generalmente cálido, pero con el riesgo de olas de frío en noviembre y diciembre.
"Cuando llega el invierno lo que importa es la dirección del viento. Si a mediados de noviembre a diciembre tenemos algo de esos fuertes vientos del este y hay nieve en toda Europa, eso tendrá seguramente un impacto en la demanda de gas, en los precios y en la geopolítica", explicó Buontempo.
Por otro lado, tras un verano de temperaturas récord en Europa, el océano Atlántico está más cálido de lo normal, lo que en principio ayudará a mantener el calor cuando el viento llegue desde el oeste.
"Yo sostengo que probablemente será un invierno cálido en general, pero hay altas posibilidades de tener períodos helados al inicio", agregó.
- "Talón de Aquiles" -
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), una consultora financiada por países occidentales, también ha puesto a prueba la capacidad europea de soportar este invierno sin gas ruso.
Basándose en temperaturas promedio y asumiendo una reducción del 9% en la demanda de gas, el organismo piensa que el continente saldrá adelante sin mayores complicaciones.
"Si no tenemos suministros rusos y tenemos un invierno más frío que el promedio en alrededor del 10%, eso presionará al sistema europeo de gas", advirtió Gergely Molnar, analista de gas de AIE.
Otro factor importante será el nivel de reservas, pues no se puede acceder a su totalidad pese a que esté al 90% de su capacidad.
Al agotarse las reservas, disminuye la presión, por lo que resulta difícil extraer el último 30%.
La AIE dijo en un informe que una ola tardía de frío en febrero o marzo, cuando la presión esté baja, representaría "el talón de Aquiles de la seguridad gasífera europea".
Molnar comentó a la AFP que el clima es cada vez más importante para las fuentes eléctricas renovables, que conforman una parte creciente de la oferta energética europea.
"Un episodio que debe ser recordado es la 'Bestia del Este', que realmente evidenció cuan vulnerable puede ser el sistema gasífero en una ola de frío", indicó.
A.Saggese--PV